Seis errores que afectan la efectividad de aplicaciones con insecticidas microbiales

Los bacterias, virus y protozoarios entomopatógenos son considerados insecticidas estomacales, ya que requieren ser ingeridos para poder actuar. Así tenemos por la otra parte que los hongos y los nemátodos que atacan insectos son considerados como insecticidas de contacto.

Los insecticidas estomacales son utilizados para el control de insectos defoliadores como larvas de lepidópteros, algunos coleópteros y ortópteros. Los insecticidas de contacto se utilizarán para el control hemípteros y homopteros, no obstante algunos hongos también son utlizados para el control de algunos insectos defoliadores.

La mayoría de los insecticidas entomopatógenos pueden ser aplicados con equipos de aplicación convencional pero existen algunos factores a considerar, en esta ocasión te menciono los seis principales errores que se cometen a la aplicar esos insecticidas microbiales:

1. Aplicar dosis bajas del insecticidad microbial.

Es necesario aplicar una dosis alta de estos insecticidas para acelerar la iniciación de la epizootia y para compensar el gran número de unidades infectivas que no podrán estar en contacto con el insecto hospedero y que muy probablemente morirán al estar expuestos a factores como baja humedad relativa y rayos ultravioleta.

2. Aplicar fuera de época u hora 

La época de aplicación depende de factores como la presencia de estados susceptibles de las plagas, por ejemplo para la aplicación de virus y bacterias se recomienda aplicarlos cuando aparecen los primeros individuos de las las plagas para atacar sus estados inmaduros. Otro factor son las condiciones ambientales, por lo que sede deberá evitar aplicar temprano por la mañana, o en la tarde cuando la intensidad de la luz del sol es mínima. Los hongos y nematodos entomopatógenos necesitan de alta humedad relativa por lo que se recomienda aplicarlos antes o después de regar. La temperatura no debe exceder los 35 °C por periodos prolongados. Para aplicar nemétodos el suelo no debe estar ni caliente ni seco, un vez aplicados se deberá aplicar un riego de 0.1 pulgadas durante 30 minutos. Las altas o bajas temperaturas hacen que los insectos ingieran menos alimentos y con ellos menos unidades infectivas de insecticidas microbiales.

3. No conocer el modo de acción del patógeno

Para microbiales estomacales (bacterias, virus y protozoarios) se debe llevar a cabo una buena cobertura del follaje, pero si aplicamos hongos debemos asegurarnos de que el patógeno entre en contacto directo con el insecto, para ello es necesario conocer cuales son los estados o etapas de inmaduros que son mas susceptibles al patógeno. Para ello es recomendable hacer un muestreo o aplicar modelos de predicción de plagas como el de grados día de desarrollo.

4. No medir o desconocer el pH 

Los insecticidas microbiales se deben aplicar en una suspensión lo mas cercano a la neutralidad del pH (pH 7). Por ejemplo suspensiones con pH alcalino afectan microbiales como Bacillus y virus, ya que los disuelven reduciendo su efectividad. Para el caso de nematodos, se debe evitar la aplicación de fertilizantes cuando menos dos semanas de aplicarlos, ya que estos nematodos pueden ser afectados de manera negativa por el alto contenido de nitrógeno.

5. Desconocer su compatibilidad

La compatibilidad de estos insecticidas microbiales puede ser posible, pero si se desconoce es mejo un usarlos junto con otros plaguicidas, en caso de ser necesario la aplicación de ambos, es mejor alternarlos. Se sugiere hacer pruebas de compatibilidad. Por sentido común no se deben mezclar hongos entomopatógenos con fungicidas, antibióticos con Bacillus y nematicidas, insecticidas o herbicidas con nematodos.

6. Aplicarlos con un tamaño de gota no adecuado

El tamaño de gota óptimo para aplicar estos insecticidas microbiales es de 100 a 150 micras, ya que gotas mas pequeñas pueden ocasionar que la gota se evapore antes de llegar a su objetivo o ser arrastradas por el viento y gotas mas grades pueden ocasionar que las mismas se escurran de las hojas o el lugar donde deben depositarse.

El equipo debe proteger al patógeno de daño mecánico, de sobrecalentamiento y mantener agitación constante para aplicar una concentración uniforme del insecticida microbial.