Te presentamos los puntos más importantes de un artículo de la Universidad de Granada en España con título “Las Competencias Aplicadas al Emprendimiento”.
Etimológicamente, la palabra competencia deriva del verbo latino competere que traduce dos significados: por un lado, evoca los verbos participar en la brega, luchar, pugnar, contender, rivalizar, un significado competitivo hallado en algunos de los usos populares; por otra parte, conlleva el carácter de incumbir, corresponder, implicar lo que evoca cierto sentido de responsabilidad y capacidad.
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En consecuencia, el saber hacer de las competencias alude a los procesos de desempeño de actividades dentro de un área de desarrollo, basadas en indicadores de logro, objetivos o estándares. En definitiva, el ser competente representa, de un lado, patrones reguladores de la acción y por otro aspecto, significa las metas o propósitos que deben ser alcanzados.
El concepto de competencia emprendedora envuelve una capacidad comprobada de iniciativa y creatividad; implica no solo disponer de los conocimientos y habilidades, hasta ahora concebidos como suficientes en los procesos de aprendizaje para la profesionalización, sino que define la importancia de la independencia y el capital creativo de la persona.
Formar para la competencia del emprendimiento implica “ir más allá”, sobrepasar la mera definición de desempeño. Es facilitar que el individuo genere otros proyectos, nuevas esperanzas por él mismo, otra competencia.Te presento un cuadro que engloba las competencias del emprendedor.