Con el propósito de que los centros de trabajo cuenten con personal preparado para cubrir satisfactoriamente las funciones laborales que les competen, es indispensable capacitarlos de forma continua sobre los cambios que se presentan en la práctica diaria, en los procesos productivos, administrativos y de innovación tecnológica.
La educación de adultos se concibe como un proceso permanente e integral de formación, orientado a la preparación de un hombre crítico, democrático, pero sobre todo productivo.
El adulto es un estudiante que cumple funciones específicas en la sociedad, con capacidad para autogobernarse y con una gran experiencia que lo conduce a su auto superación, es responsable y lo manifiesta en todas las actividades que realiza, tiene plena conciencia de lo que se propone alcanzar y busca la autorrealización y la auto transcendencia.
Posee las aptitudes, las competencias, los intereses, las expectativas para ejercer de una forma o de otra, influencia en el quehacer educativo.
Desde la perspectiva de la andrología son muchas las características que diferencian a los adultos de los jóvenes, pero entre las más importantes podemos destacar las siguientes: