México, siendo una de las economías más importantes del mundo enfrenta grandes retos para encontrar profesionistas con las habilidades y competencias que demanda el mercado laboral.
Un estudio de INEGI dice que en el país existen 953,000 personas con alto nivel de escolaridad en situación de desempleo, de las cuales el 42.5% tienen una especialidad como una maestría o un doctorado.
“Tienen muchos documentos, pero no tienen las competencias, no basta con tener una educación académica”, mencionó Guadalupe Álvarez Icaza Catedrática de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) en Educación Corporativa.
El enfoque de competencia laboral proporciona un marco adecuado para describir, comprender y gestionar el trabajo docente en sentido amplio. A su vez requiere de delimitaciones en función de cada nivel y/o modalidad educativa en virtud de sus particularidades. En el caso de la formación para el trabajo, esto implica establecer un recorte de los resultados a obtener y los problemas a resolver en relación con: saberes científicos disciplinares, conocimientos provenientes de las ciencias de la educación y requerimientos del mundo productivo.
Y de esta manera se constituyen rasgos deseables que caracterizan al profesional docente. Entre estas capacidades generales clave pueden señalarse las siguientes:
• Proactividad
• Disposición al aprendizaje permanente
• Autonomía y capacidad de decisión
• Flexibilidad y capacidad de adaptación
• Espíritu de colaboración
• Actitud solidaria y de respeto por las diferencias
• Sentido ético